Expresión Libre

jueves, 10 de diciembre de 2015

Dibujo: Alfredo Jacobo


Foto en movimiento: Payus


Parálisis de sueño / Alba Magariño


Adónde te llevaste mis ojos huérfanos,
en qué momento nos descubrimos
abandonadas por nuestros ojos.
En tu mirada y en la mía
se ha forjado una complicidad:
hemos visto la herida abierta de la otra,
nos sabemos eclipsadas de sombras,
nuestros cuerpos permanecen distantes
y sin embargo, yo poseo tu mirada desnuda,
tu rostro incrustado en los espejos
que me observan espantados.
Yo tengo tus pies, es mío tu camino,
lo sé, lo siento,
ando a solas el trazo de tus pisadas,
es tuyo el cuerpo de esta sombra que se duele
y estamos atadas del alma
como dos niñas solitarias
y esa aliteración es un error,
pues nuestra infancia
quedó destrozada
hace tiempo
porque tú eres mi madre,
porque yo soy tu huérfana.
El vínculo se hizo trizas
en la blancura ciega de tu muerte,
tu muerte: el inicio de un mal sueño
del que nadie hasta ahora
ha podido despertarme

El ave que voló y tocó el infinito del cielo / Ángel Iván Ruiz Sotelo


 

"Su Majestad", Michael Jordan

 
Pensar que puedes volar, surcar los cielos como un ave libre, capaz de flanquear las líneas enemigas y soltar los misiles. Tu estancia se convirtió en mitología. Contigo se puede creer que lo imposible es un sueño de cobardes. Los privilegiados en ver tu magia son los que afirman haber visto al dios en persona. Tu nombre quedó marcado con un número, no fue de condenado como los códigos de los judíos en la Segunda Guerra Mundial, esos dos simples dígitos ocasionaban el terror de los rivales, temblaban las otras grandes atalayas de tu época cuando tu nombre era anunciado por las bocinas de tu Nación. Todos te proclamamos "Su Majestad".

Naciste un 17 de febrero de 1963 en Brooklyn, Estados Unidos, los padres decidieron llamar a ese hijo Michael Jeffrey Jordan. Tu infancia dio inició como la fantasía de cualquiera, seguir los pasos de tu padre jugador de béisbol. Un balón redondo, un color característico naranja te fue dado como nuevo libro con profecía, acarrear a los corderos perdidos consistía en pasar ese balón por un aro sostenido a tres metros de altura, el basquetbol fue tu nueva religión. Tu talento nato fue descubierto. Caminaste por esa senda, el plan era conseguir una beca para tus estudios universitarios. El destino tocó a tu puerta, los hombres no pueden escapar a aquello que los llama a través del infinito, los caminos son un misterio, somos una pluma que flota por cada brisa, tu pluma pasó por ese círculo clavado en un tablero. Cerraste los ojos y los místicos sueños de Odín te fueron otorgados.

Para ser parte de un equipo tuviste que soportar por un año la mirada y rechazo de mortales que fueron considerados lo bastante profanos para no notar tu increíble poder dentro de la duela. El destierro suprimió tu alma, la hizo sollozar y arrumbarse en un abismo de nostalgia; pudo ser tu fin, apenas eras un muchacho. Nada fue más grande que tu fe en ti, diste ese salto. Navegaste hasta el fin del mundo, no había caída en el, nada más que tu magnificencia y la vastedad de ese océano te adoptó para instruirte. Al siguiente año tu lucha incansable con ejercicios hasta el desfallecimiento físico y espiritual dio el fruto esperado, no fue amargo, la miel sació a las bocas que te consideraron inferior y subdesarrollado.

Aceptaste ir a Carolina del Norte, tu universidad. Un juego profesional, con los héroes que el pueblo toma como los generadores de proezas inimaginables, fue tu nueva convicción. Tu nuevo equipo de basquetbol curioseaba con la posibilidad de distinguirte como la futura estrella del deporte. No fue erróneo. Como colegial optaron por tus servicios y pericia, para ser junto a cuatro jugadores más y un rígido mentor llamado Bobby Knight participar en la justa deportiva de mayor relieve a nivel mundial, Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en Estados Unidos en 1984, la supremacía y jerarquía de esa agrupación con cinco picos en la lanza, tú eras la principal. Fueron condecorados como en la Grecia antigua, una corona de laureles yacía sobre tu cabeza, eras coronado y una medalla de oro puro te sostenía como semidiós. El himno Nacional de tu país sonó en cada rincón del domo donde se auspició esa batalla. Salías del anonimato. En ese mismo año cambiaste de piel, de rumbo, un nuevo reto te fue expuesto. Tu primer escudo fue colgado en las vigas del estadio de tu preparatoria, señal de tu legado.

Un toro hambriento de triunfos y de un nuevo líder adquirió tu astucia y picardía. Formaste un Estado, la paz fue pan vital en él, tú eras el patriarca, condujiste a tus seguidores por una travesía de seis estocadas. Seis anillos en tu mano descansan. Seis veces los Bulls de Chicago fueron campeones cuando tú sin arrogancia o enemistad los guiaste por el triunfo que solo los tocados pueden acariciar y reclamar como suyo.

Las leyes primarias de la naturaleza eran fracturadas cuando sobre ti estaba tu uniforme de batalla. Isaac Newton y su teoría sobre la gravedad se convertía en una mentira. Te sostenías en el aire, levitabas, los segundos se congelaban, el tiempo era manejado a tu gusto. Al balón le proporcionabas nueva dirección y tus enemigos dentro de la duela quedaron atónitos, ningún humano podía elevarse y tocar el cielo. La realidad misma del cosmos se distorsionaba hasta un surrealismo cuando entretenías a las masas con tus jugadas de ilusionismo; formabas parte de esa congregación de hechiceros.

En 1994 nació una idea, un equipo del sueño formado por lo mejor de lo mejor de la National Basquetball Asociation (NBA) para competir en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Declarabas a los medios de comunicación que no brindarías tu genio esta vez. Un semidiós se arrodillaba frente las cámaras, ¿su declaración? exigir que sin Su Majestad esa medalla de oro no obtendría ese sabor dulce. "Magic" Johnson se postraba.

Los infantes te acaparaban como su modelo de vida, un padre fuera de la familia que condescendía esperanza, sin importar su origen racial. Muchos pensaron que las pieles oscuras serían tus discípulos, todos andaban como hermanos bajo tu presencia. Muchas discriminaciones fueron finalizadas, ya eras un héroe. No te fue suficiente. Complacías a los niños. Eras el arma clave para "El Juego del Siglo". Los dibujos animados solicitaban tu ayuda para acabar con la tiranía de unos monstruos. Las pistolas o armas de destrucción masiva no fueron necesarias, un balón te fue suficiente. Los Looney Tune´s con Bugs Bunny y el pato Lucas creaban el mejor "Dream Team" y el personaje principal fuiste tú, Michael Jordan.

La enfermedad nunca te fue un impedimento. Tu cuerpo con el calor del infierno te advertía de un delirio. Un reposo era lo más sensato para proteger al mejor jugador. Te fue indiferente. Treinta puntos fueron encestados, eras algo fuera de serie. Un jugador del equipo los Celtic pronunció unas pequeñas palabras que pasarían a la posteridad después de una ronda de los play off´s, "He visto a Dios disfrazado de Michael Jordan". Con sesenta y tres puntos dabas a conocer que no eras de este planeta, constelación o universo.

Dos retiros pusieron en melancolía a todo Estados Unidos. Como el robot que fue considerado como jinete del apocalipsis en una de las sagas más espectaculares en la historia del cine, Terminator y su frase "I will back" escrita como eslogan para divulgar tu regreso. Y en ese primer retorno te coronabas nuevamente.

Toda época de oro debe tener un referente, un glorioso ídolo. Un humano capaz de llevar sobre sus hombros el peso de una historia, el jugador más valioso. Tu salto característico quedó esculpido en una estatúa. "Él mejor que hay, él mejor que hubo y él mejor que habrá", esa frase acompaña tu escultura que se estableció como un Coloso en un centro ceremonial griego, tus fieles pueden ir a apreciarla y dejar una ofrenda, sus mentes que guardarán y contaran a las futuras generaciones tus hazañas que van más allá de la objetividad misma con la que la realidad fue forjada. Otros derramaran talento, sudor y esfuerzo en la misma cancha donde tu clase dio la doctrina que un hombre también puede elevarse cual pájaro y el mensaje de lo irrealizable no es ficción, ni un límite, es la exigüidad misma del infinito. Su Majestad, Michael Jordan reinará sin importar el valiente que se atreva a retarlo.

Y el Tiempo.../ Édgar Jesús Lara Medina



Tu Cabello...
Cada vez más, cae despiadado,
y se despide de tu cuerpo,
envolviéndose como un lecho.
Como el tiempo...
cada vez más, corre por dentro
y se acelera, y se estremece,
dejando huella, va y se detiene.
Y te retuerces... ¡y gimes!,
¡y lloras!, !y todo!...
todo anda como el río,
y todo pasa como estaciones.
Y te impacientas, ¡y te molestas!
¡y gritas!, ¡y todo!...
vives con presión, y te marchas
y lamentas, ¡y todo!...
Tu cuerpo parece desquebrajarse,
y mi vida, se vuelve en un hilo,
el aire, ya no es suficiente...
¿y tu vida?, ¿y tu vida?... solo respiro.
Cubres tu cara, no lo aceptas,
cubres el tiempo, ¿tienes miedo?
¿por qué lo hace el Dios del Cielo?
solo tu cuerpo sabe, lo manifiesta.
El tiempo cobra vida,
y el cielo se colorea tenue,
y vives rodeada de amigos,
y el viento pasa, y nada detiene.

Mañana / Giovanny Ríos


La rutina de un planeta ha vuelto a iniciar
El mundo ha dormido de nuevo
El mundo duerme mientras me encuentro en ésta posición
Por la que paso cada noche, al imaginarte a ti
Mírame una vez más, y antes de que dejes de mirarme, ámame una vez más
Posiblemente ésta será la última vez en que tú notes las palabras que estuve dispuesto a decirte cada noche
No porque mañana serás parte de un prólogo difícil de escribir
Es porque al amanecer mis palabras dejarán de ser ondas terrenales
Probablemente mañana todos mis pensamientos a ti vuelen lejos
Tan lejos como un montón de aves, libres, rápidas, hermosas.
Sueño eres, noche serás, miles de partículas atacando un solo órgano
Y millones de amaneceres sobre el inicio de lo que pareciera el fin del mundo
Será el comienzo de una enorme historia que nunca será recordada.

A una chica inteligente / JA Arelarh





Me gusta mirarte. Me gusta mirarte sin que tú lo notes.
Me gusta mirarte, sencilla y ajena, inmersa en tus ideas, despreocupada. Estar allí, apreciando tus actos y valorando tu presencia.
Me gusta observarte, buscar tus ojos y tener esperanza para ti y creer, ilusionarme con esos ojos que no veo, que no me ven.
Y entonces me pregunto qué pasa por tu mente; tus preocupaciones y anhelos. ¿Qué te roba el sueño? Y sin ser pretencioso ¿Qué puedo hacer para ser yo quien lo robe?
Te vez linda, bella a la distancia.
Y por algún motivo creo en las pequeñas posibilidades. Me haces soñar despierto, soñar con ese mundo que se nos escapa, el que podría ser sólo nuestro.
Pensar que sólo unas palabras matarían esa distancia sin medida que nos hace desconocidos, a unas palabras dejarías de estar sólo en mi mundo, y empezaría yo a estar en el tuyo.
También pienso en esas pocas ocasiones, que en esas pocas ocasiones que nuestras miradas se besan es porque así tú lo decides, así lo quieres y no soy un accidente. Y sueño entonces, indebidamente, ser el motivo de tu alegría, dueño de tus risas, verdugo a tus tristezas.
Compartir momentos hermosos, sueños, triunfos y derrotas; para así, al fin, disfrutar de la compañía mutua. Y estar contigo un momento que dure un segundo y viva una eternidad.

Oscuridad / Jesús Gallegos


En el techo están dibujados nuestros demonios
masticando cadáveres de vírgenes
tarareándonos oscuridad al oído
danzando con gatos poseídos en el techo
con lunas ensangrentadas
con cometas paranoicos
baile diabólico para la cercanía de nuestros labios
que golpea las costillas y algo más adentro
más profundo
donde la oscuridad hace vibrar la vida
                                              
                                              causando ruidos sucios que paren sombras
                   golpes en la puertas de pezuñas hacen temblar las paredes
                           y el reloj marcando las tres de la mañana en mi frente
                                                 se llena de miedo la corona de tus muslos
                                                      las ventanas fueron lamidas con garras
                                                                                gritan nuestros nombres
                                                      atemorizantes lloriqueos inalcanzables
                                                                          las aves se comen a la gente
                                 las aves de colores hermosísimos se comen a gente
                           las aves son los dedos de diablo comiéndose a la gente
                        la ceguera es un analgésico para el corazón aterrorizado

escuchando voces penetrando a la memoria
punzando los tatuajes de caballos con la columna rota en tus pupilas
erizando flores fermentadas desde la nuca hasta nuestro funeral
seremos velados sobre esta pesadilla
en los puentes donde comimos punk rock
en los gritos feroces que traemos colgados de las muñecas
en la oscuridad que no me deja ver tu esqueleto
en este poema que me da terror
en este poema que escribí a oscuras


EDIFICIO II / Manuel Rayas


LAS PALOMAS NO ME GUSTAN
INVADEN LO MEJOR DE MI TECHO
ME CAGAN
ME DESTRUYEN
VINIERON NO SÉ DE DONDE
SIN ADVERTIRME PICOTEARON
CADA PEDAZO DE MI ESTATUA
ME DEVANARON LOS OJOS
NO TUVE TIEMPO DE
ERIGIR UN RELATO
SOBRE ESTO
PERO LO CIERTO ES QUE SE AUNARON CON SU VUELO
RESISTIÉNDOSE A LA HUIDA
QUE ME DARÍA LA PAZ
NO SÉ PORQUE ESCOGIERON
UN LUGAR TAN IRRISORIO
PERO LAMENTO
QUE SU VUELO SEA LA PÁGINA
ANTERIOR DE TODOS MIS ANCESTROS
LA DECISIÓN ES UNA TRÉMULA HERIDA
CUANDO SE TRATA DE UNA PALOMA
PERO DE DOS O MÁS
ES UNA INSISTENTE CABALGATA
QUE DEVIENE EN EL SOL Y EN LA LUNA
ME DUELE ADMITIR EL CORAJE Y LA DERROTA
NO ME GUSTAN ESTAS HAMBRIENTAS
COMEDORAS DE PAJA Y DE PIEDRA
VALGAME LA MUERTE MEJOR
QUE SEGUIR ANIDANDO PLUMAS
QUE ME CIEGAN
USÁNDOME COMO SU HOGAR

Vals / Paul Carrillo


Sentado a las orillas de la vida me dan ganas | de no ser más conjugaciones
volverme césped y coagulo| o silencio
                                                        tan sólo una sonrisa o un deshielo
estoy usando las palabras para decir que no quiero ser palabras
pero termino siendo
igual que siempre
una irremediable
traducción
de mí mismo


EL MINISTERIO DE JESÚS EN LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA / Samuel Rodríguez


Si Jesús estuviera sanando al ciego Bartimeo en la plaza tapatía, lo confundiríamos con uno de esos milagreros que promueven las virtudes de las papas y los betabeles.
Si Jesús subiera al Tren eléctrico, acompañado de sus 12 discípulos, lo confundiríamos con un capo de bajo perfil.
Si Jesús estuviera comiendo en el parque Morelos y María llegara a postrarse sobre sus pies, lo confundiríamos con un padrote.
Si Jesús subiera el cerro del cuatro, acompañado de una multitud para dar el famoso sermón del monte, lo confundiríamos con un candidato haciendo proselitismo político.
Si Jesús estuviera contando la parábola del hijo pródigo en el parque rojo, lo confundiríamos con un líder estudiantil organizando la marcha por los 43 estudiantes desaparecidos.
Si Jesús estuviera en la cafetería del centro universitario de Ciencias sociales y de pronto se pusiera a predicar que el reino de Dios está cerca, lo confundiríamos con un maestro de filosofía que le ha entrado mucho a la mota.
Si Jesús publicara en su cuenta de facebook una profecía para la ciudad de Guadalajara, lo confundiríamos con un artista conceptual.
Y si Jesús no hubiera elegido la Zona Metropolitana de Guadalajara para ejercer su ministerio, lo enterraríamos en una Biblia versión Reina-Valera 1960, o en esas de lenguaje actual que se venden en las librerías del centro.

Escultura de alabastro / Saturnino Ruiz Roque


Amo tu cuerpo escultura, de alabastro ardiente
Que han bañado tantas veces, olas fugitivas
El agua en altas montañas, que estando ausente
Bañó tu corazón, encendido en llamas vivas.


Tu figura emana, de bosque aroma embriagante
Que el giro caprichoso, de un fuerte viento lleva
La delicia a mi ventana entre hechizo rodante
Mientras que mi alma, te busca espera y solo nieva.


Que al cristal de tus ojos, me mire siempre en ellos
Y jamás, me falte un beso fragante en tu boca
Espero nunca olvides, por ti mis sentimientos.


Que el paso al tiempo, no borre los momentos bellos
De esta historia de amor, apasionada y loca
Y olvides nunca jamás los mágicos momentos.

Tan solo aves / Juan Amor Gaya


Fuimos aves
fuego
cenizas
Trazos a media luz
de libertad
y labios rotos
Fuimos aves de fuego
echas cenizas
trozos a medias sin luz
cenizas libres y cautivas
soltando sin soltar
los jugosos y rotos labios
Tan solo aves
aves de paso
aves de mal agüero
aves con pluma liviana
que sabe desnudar el corazón
aunque estornude a bajo cero
Aves de alto voltaje somos
hervimos toda la noche
y amanecimos crudos
Labios remendados
listos para volver a ser cenizas
a plena luz y sed de libertad

siento.../ Sophie Smawley





Siento que no escribir es no progresar,
Intente hablarme mirándome a los ojos.
…O es que también tiene una pose de prestar atención…
Las cortinas blancas volando por el cuarto omiten desfragmentar en colores miles de rayos cósmicos y vuelven a ti, hasta el ADN
Y continúan hacía mí,
Angustia de sentir el universo de cerca.
Obsesión por tú piel
Teorema 1: Al marcharse la percepción, nada tendría sentido.
Podrían sucederme cosas y querer estar muy cómoda.
Falta poco tiempo de no elegir más rutas alternas
Dar las precauciones me salvará
De ser quién acepte la culpa por no querer equivocarse.
Pensamiento censurado por sí mismo,
Hundir la cabeza en la tierra y descargarla
Hay motivos absolutos positivos.
Todo lo que alcanzo a ver es mío pero soy dueña de nada

Alopecia Verbal / Cesar Corona





No tenía un pelo de tonto,
así sus palabras desnudaban los rostros más intencionados.
Dejaba lampiñas las ideas más barbadas,
enroscaba e incendiaba los más brillantes bigotes.
No tenía pelos en la lengua y por eso las pronunciaba calvas.
Era el tío Lucas el que gozaba de alopecia verbal,
era el tío Cosa quien la padecía.

Lagrimas / Víctor Hugo Medel Gómez


Dedicado a Jessica
Ves la gota de agua que resbala por la piedra
Pues es una gota de roció,
Porque las piedras no lloran.
¡!
El zopilote juguetón, el animal traicionado, la llamada
desesperada, cuando el caos se manifiesta, cámara lenta y el
tiempo se quita la máscara. Al zopilote jugamos, al chiste que
contamos, al chiste que vivimos, al chiste que dios nos cuenta,
Silencios cacofónicos, incomodos, desastrosas improvisaciones,
al absurdo que acontece y al poeta que matamos…

Si la noche cae.../ Arturo Ramírez





-Si la noche cae, nos aplasta, ¿qué nos aplasta? Pues los ángeles,
las estrellas, el manto azul ozono oscuro, los aviones, los
murciélagos...
- Pero la noche no se puede caer, está bien que
quieras ser poético, pero se más directo, escribe lo que sientes
pero proyectando una idea sólida.
-¿Así no te gusta? Es que a veces escribo disparates
.- No, continúa, solo exprésate.
- Va. Noche descendiente cuando la noche cae sobre tus hombros, te pinta, te tiñe de azul ozono oscuro, te enfría, te seda, te hace artista de los relatos más descabellados, de los disparates, disparates reflejos de tus inquietudes, anhelos y miedos. La luz del lunes, ese lunes tan brillante y blanco acariciando tu piel, sintiendo la piel que yo pude sentir con los nervios dactilares, quedaron entumidos por el adormecedor contacto de tu cuerpo.
Si la noche se cae, el lunes también, por ser su cuna, si la noche se cae, te despierta y no dejaría que ni la noche tan desafiante y...
- Espera, no pongas eso
-. ¿Por qué no?-
. Porque no suena estético, mejor habla de cómo se tensa su cuerpo al de ella, como se derriten y se mastican, como comparten latidos y sudor, el sabor salado de un cuerpo devastado por el cansancio, de cómo rugen sus bocas como fauces de león, sus dientes se incrustan en su piel y la desgarran, como los impulsos los doman y son víctimas de la gula carnal, de como...
-Tranquila, solo es un texto, no es coito.
- lo siento me exalte. Oye ¿qué te hizo escribir todo eso?

Otoño / GN Huerta


Las hojas caían
Una tras otra
Y el árbol moría
Moría desnudo
Y tenía frio
El no temblaba
Pero el viento
Rompía sus ramas
Yo sé que le dolía
A mí me dolía
En el pecho
Donde no había nada
Era totalmente ilógico
Pero punzaba
Estaba yo como el árbol
Desnudándome poco a poco
Con cada persona un poco mas
Hasta quedar indefenso y sin nada
Absolutamente nada, ni yo mismo
Yo no tenía frío
Yo estaba frío
Era como un glaciar
Porque era enorme
Y era helado
Desde el alma
Hasta las uñas
Sabía que mi vida era azul
Tan inmensa como el firmamento
Pero yo no lo creía
Yo solo era el horizonte
Limitado y hasta donde alcanzaba a mirar
Mis palabras dolían
En mis cuerdas bucales
O en mi bolígrafo sobre el papel
Siempre dolían
Eran áridas y amargas
Como el otoño
Tan deprimente
Lúgubre y solitario
Cuando la vida perece
Y la muerte se anuncia
De tantas, tantas maneras
Oh mi amada muerte
Este discípulo tuyo ha esperado tanto
Que ya no teme tu presencia
Pero añora tu ausencia
Y es que vivir solo
Es tan insulso
Como un café sin azúcar
Aunque a mí me agrada
Le falta el sabor
La adrenalina de vivir
De sentir
Y cada día que pasaba
Yo iba muriendo
Como ese árbol de otoño
Que pierde sus hojas
Yo perdía mis sueños.

El destino…/ Carlos Islas

El destino es un viejo caprichoso
Que se divierte con los humanos.
¿Podemos huir de él?
¿Se elige o es impuesto por los dioses?
¿Qué sorpresas nos depara?
Presente en la vida de todos se encuentra,
Juega con los sentimientos, los planes,
Los sueños, los deseos, los anhelos.
Deja que el hombre sueñe de una manera ingenua,
Que esboce su vida de la manera más platónica,
Pero sabe que no todo lo que deseamos lo permitirá.
Se burla del que planea,
Del que ordena su vida en una agenda.
Esconde secretos a la vuelta de la esquina,
Hace que los caminos de gente extraordinaria se crucen,
Creando metáforas de la vida.
Es cómplice junto con la muerte,
Es arrogante, caprichoso, testarudo,
Y en ocasiones hasta pendenciero.
Es en la vida un punto y aparte,
Una coma, puntos suspensivos
Punto y coma
Y por si fuera poco,
También es punto final.

Dibujo: Luis Briones


Pintura: JAIPA