Expresión Libre

viernes, 26 de junio de 2015

Puntura: Jorge López Rayo

 
 
 ( Pintado con la boca) 

Dibujo: Luis Briones


 

Amor oscuro / Vocaur


...ardiendo en silencio como arde los alumbradores,

zigzageando la nada

con sonidos huecos, melancólicos, intermitentes,

recorriendo las entrañas del amor oscuro,

de los fantasmas enclavados en los árboles…

¿ No esclavos para siempre ? / Romiro


en la antigüedad el esclavo,

en su piel tenía la marca de su amo

en la globalización el esclavo asalariado,

porta en su ropa, el logo de su amoademásse le exige portar y presentar un gafetepara poder ingresar a los dominios

y propiedades de su señor

La terminal / Jesús Alfonso Silva Iñiguez


Sentado en el parque, mirando a un lado y al otro sin saber a dónde ir. Busco en las caras de los transeúntes una señal que me indique qué camino tomar. Quizás vaya al Ex convento del Carmen, ahí siempre hay algo que ver. Cuando me dirigía hacia el centro cultural notaba a los dos lados de la acera que todo me parecía en su lugar, los vendedores típicos del centro tratando de ganarse unos pesos y los inspectores tratando de evitarlo. Mi primera impresión del centro es de confortación. En el centro histórico, soy sólo una sombra en el tumulto, mi cara no será recordada; es como estar de incognito con la cara expuesta. Pasan las calles y sus comercios unos nuevos y otros que parece que estuvieran ahí desde siempre. La gente que se pasea por esas calles es muy diversa unos corren cómo si de eso dependiera su vida, otros caminan parsimoniosamente hacia un destino sin planear; esa disparidad en el tiempo de las personas siempre me acusado regocijo. A unos les falta el tiempo y a otros parece sobrarles un par de horas, pero todos se dirigen a un lugar; todos en movimiento. Caminé con una velocidad armoniosa para no desentonar con la movilidad de la ciudad. Miré a lo lejos a un antiguo amigo que tenía años sin ver, parecía alguien diferente, nos miramos con gusto y nos saludamos con la vista, pero no nos detuvimos. Para ser alguien sin mucha vida social, conozco bastante gente, de tiempos de escuela y de trabajo, algunos de

mi etapa de deportista y con todos tengo experiencias que recordar cuando nos decidimos a cruzar palabra.
Estando a una cuadra de mi destino pensé en encender un cigarro, moví mi mano hasta mis bolsillos para saber en que parte tenía el paquete y por fin en una especie de catafixia personal, lo encontré. Saqué un cigarrillo de la cajetilla y lo encendí; llegué al lugar predestinado me senté en una de las bancas del patio central a ver la exposición fotográfica en turno, era cómo muchas una experimentación con los colores, de esas exposiciones que son como rayos interminables de luz, como ver la pelea legendaria de Star Wars. Trascurrida una hora, caminé rumbo a Enrique Días de León a tomar mi transporte a casa, me subí y fui atrás porque soy de los que piensan que te debes bajar por atrás, esa teoría del terror de las personas mayores de que si te bajas por atrás te aplasta el camionero con la puerta o te tumba, no me llega a convencer, pues tanto por adelante como por atrás he visto que la gente es atrapada por la puerta y tirada al suelo al bajar. En mi trayecto curiosamente se subió un ancianito ya de más de noventa años, que no podía muy bien subir y alguien lo auxilió, para abordar, una vez sentado, el viejecito se sacudía de un lugar a otro pero ni los bruscos movimientos del camión pudieron evitar que se durmiera. Yo iba hasta la terminal del camión y al llegar toda la gente comenzó a bajar, pero observe que el ancianito no lo hacía, y el camionero se acercó a despertarlo, pero no respondió, en eso algunos que aún no bajábamos, nos acercamos
y no logramos despertarlo, fue entonces que decidimos hablar a una ambulancia la cual llegó muy rápido. El señor lamentablemente falleció y como su historia se volvió leyenda en la colonia, por unas señoras que platicaban me enteré que se trataba de un señor de 103 años que visitaba a su hija, pero que nunca llegó. El caso de Don Timoteo, fue una muerte por causas naturales, pero el camionero se metió en un bronconón, porque se tienen que investigar a fondo; después de presenciar el ritual de movimiento del centro de la ciudad, me di cuenta que ese ajetreo, que nos rige, no hace más que distraernos de lo inevitable, tarde o temprano nos quedaremos quietos y ya no habrá una terminal a la cual arribar.



 

Las gotas de la tinta… / Manuel Rayas


Las gotas de la tinta

Cobran efecto en blanco

Detonan las palabras

Así me titulo el orgullo

Así prevalece la especie
En la tierra firme en el agua

Amo en Ti / Saturnino Ruiz Roque


Amo, ¡parte de Rusia! que eres tú, ¡sueño mío!

¡Eres ámbar!, oro y seda, ¡son abanicos!
¡Tus ojos de estrella al infinito!, ¡tus secretos!

¡Lo que por las noches sueñas! ¿Cuántos son silencios?
Porque del inmenso infinito, ¡estrellas no tengo!

Meciendo, ¡la luna que muere sin luz! "sin brillo"

De tanto sol, ¡tu boca perfumada en mil rosas!

Fuiste la luz ardiente en miel, ¡que quemó mi boca!

Tocar, ¡en sueños tu piel, ¡abrazarte a mi pecho!

Cumplirte, ¡todos y cada uno de tus deseos!

¡Sentir temblar tus manos! ¡Tomarlas con las mías!

Tus ojos, ¡forman parte del universo entero!
La luz del infinito, ¡derramando en tus pupilas!

Todo el amor, ¡que Dios quiso en tu corazón dejar!

Baja la frente…/ Rafael Parra Ríos


Baja la frente al suelo

No mires arriba o te condenaras

Vive pisoteado por mí

Que el paraíso te espera

Financio las cenizas de tus antepasados

Destruyo nuestro sustento

En Gajos te lo entrego

A cambio

Me premias con dinero

Lo que le robo a la tierra

Tu sudor lo moldea

Me alimento de tus miedos

Me asustas cuando piensas.

Al pensar, yo en ti muero

Mi alimento enferma tu mente

¡Y más¡

Mis progresos opacan la vida

¿Eres parte de lo inerte?

Ven, véndeme tu alma

por placer, comodidad y poder

Hazme el amor

Siente mi repudio a ti

La penumbra esta por irse
Sé que mi fin llegará

Entre la espada y la pared / Iván Segura Muñoz

 

Las élites políticas de Jalisco durante la intervención y el Segundo Imperio
Capítulo IV

El Imperio llega a Jalisco

A pesar de que la intervención francesa había comenzado en 1862 y el estado de Jalisco había enviado tropas para apoyar al ejército de oriente, poco se hizo para preparar las defensas del territorio adecuadamente, "La defensa del territorio se había descuidado: hacía seis meses que regía los destinos del Estado [El general José María Arteaga], que se esperaba la invasión y nada se había hecho para resistirla." , para finales de 1863 el ejército francés había derrotado a las fuerzas republicanas en Puebla y posteriormente avanzado hasta la Ciudad de México, tras estos logros el Mariscal Bazaine —quién había sido encargado de la campaña en México por orden de Napoleón III— inició el avance hacia el interior del país, llegando a las afueras de la capital jalisciense el 1 de enero, tras tener al enemigo a las puertas, el general Arteaga replegó sus tropas al sur del estado dejando la ciudad sin defensores, al mismo tiempo, un número importante de liberales se retiró de la ciudad con rumbo al norte del país tras saber de la inminente toma de Guadalajara . El día 6 de enero el mariscal Bazaine hizo su entrada formal con el ejército francés a la ciudad y rápidamente organizó la administración de la ciudad y el estado, formando una junta con los habitantes más prominentes de la ciudad en la cual adhirió oficialmente el estado de Jalisco al Imperio.
Tras la toma de la ciudad muchos liberales se habían ido del estado como se mencionó anteriormente, no obstante hubo algunos miembros del partido liberal que contrario a lo dictado por Juárez se quedaron en Guadalajara; los políticos jaliscienses pertenecían a clases media y alta, por tanto, la decisión que debían tomar no era sencilla, pues debían abandonar su tierra, posesiones y familia a manos de las fuerzas invasoras a fin de apoyar y seguir un gobierno que en ese entonces estaba perdiendo territorio rápidamente y no tenía muchas posibilidades de victoria, si seguían a Juárez, no
incumplirían con su deber como miembros del partido liberal y posiblemente obtendrían beneficios por su lealtad hacia la República si esta vencía, pero deberían adentrarse en el norte del país, vivir de forma nómada como hacía Juárez, correr el riesgo de perder todo lo que tenían en su tierra a manos del enemigo y ser arrestados y/o ejecutados por los imperialistas si eran atrapados, e incluso en ese momento, existía la fuerte posibilidad de perderlo todo al apoyar a la República, pues sus oportunidades de victoria eran casi nulas.

Entre los liberales que permanecieron en Jalisco destacan: el Director de rentas del estado, Vicente Ortigosa, y el ex diputado constituyente y gobernador interino de Jalisco, Jesús López Portillo; dichos personajes habían participado anteriormente junto a personajes como Ramón Corona, Ignacio L. Vallarta y José María Vigil, como parte de la comisión directiva en la Junta Patriótica popular organizada en mayo de 1863 por el entonces gobernador Pedro Ogazón, dicha junta estaba encargada de proponer medidas al gobierno a fin de mejorar la defensa del estado frente a la invasión, alentar el patriotismo entre los habitantes, promover la creación de juntas similares en otros cantones del estados, etc. Sin embargo dicha junta debió tener un significado más simbólico que práctico, pues las menciones de la junta son mínimas, al mismo tiempo algunos de sus propósitos fueron incumplidos totalmente, por ejemplo: las defensas del estado fueron nulas tras la entrada del ejército francés a Jalisco, por otro lado, para el adiestramiento de fuerzas que ayudaran al ejército republicano, el Estado creó una Escuela Militar, pero pese a sus esfuerzos por fomentar el patriotismo, la respuesta ciudadana no fue muy firme.

Así pues, Vicente Ortigosa y Jesús López Portillo habían sido miembros de esta junta patriótica y del partido liberal, ellos junto con otros políticos liberales habían demostrado de forma oficial su afiliación a la causa republicana, más con la llegada del Imperio estos personajes no pudieron continuar su lucha política, por tanto tenían dos opciones, retirarse de la vida política y mantener su posición económica y social o adaptarse al nuevo régimen y obtener beneficios aprovechando la necesidad de políticos e intelectuales por parte del Imperio.
Al inicio y con el temor provocado por la propaganda republicana y la entrada de tropas extranjeras a la ciudad, la participación de los jaliscienses fue muy poca, sin embargo con el paso del tiempo,
al descubrir la búsqueda de intelectuales por parte de Maximiliano y su política conciliadora , los otrora miembros del partido liberal comenzaron a ver mayores posibilidades de estabilidad política no sólo en el estado sino en el país. Los Jaliscienses llevaban sufriendo las penurias de batallas, inestabilidad política, préstamos forzosos, etc. desde el estallido de la guerra de reforma y México no tenía un desarrollo político firme desde la Independencia, pasando por diversas sublevaciones, cambios de gobierno, pésima situación de seguridad y en comunicaciones, pérdida de territorio y una invasión extranjera que dejó el miedo latente a una posible conquista del territorio nacional por parte de los Estados Unidos. Ante esta situación, el Imperio se presentó como una nueva opción para el cambio del país, el ejército francés considerado como el mejor ejército del mundo en ese momento, sostenía a un gobierno monárquico cuyo emperador era miembro de la casa de los Habsburgo, y como figura principal de gobierno acabaría con la lucha civil que asolaba el país desde su Independencia, trayendo consigo, la modernización y orden que necesitaba el país. Esta visión se ve reflejada en la carta que Jesús López Portillo, Vicente Ortigosa, Juan José Caserta, Antonio Álvarez del Castillo y Rafael Jiménez Castro le escriben al general del ejército del centro José López Uraga:
La nación está agobiada de tanto padecer, sus fuerzas casi se han agotado después de una lucha semejante. […] Desde que el ejército francés ocupó Puebla, la desgracia se ha declarado en las filas republicanas. Estas se han ido disminuyendo rápidamente hasta el punto de que no queden en pié sino algunos cuerpos de ejército reducidos, y guerrillas, de las cuales algunas no se ocupan sino de atacar los intereses y las personas de los habitantes pacíficos. Bajo la intervención se encuentra la parte mayor y más importante del territorio mexicano. Los pueblos han sucumbido y se les ve inmóviles. […] Si nos contraemos á los pueblos de Jalisco, no vacilamos en afirmar que sus padecimientos han sido muy superiores á los de otros. […] La intervención francesa ha salido garante de que se conservarán las conquistas de la revolución. El nuevo Emperador ha jurado sostener la independencia y ha ofrecido dotar a la nación de instituciones sabiamente liberales. ¡Ojalá y se realicen estas promesas! Contando con ellas, los republicanos que
tenemos el sentimiento de perder el sistema bajo que vivimos por tantos años, al menos nos consolaremos con que se hayan salvado los bienes preciosos de la soberanía nacional y de la reforma.

Con esta carta, los políticos de Jalisco en la búsqueda de la anhelada paz para el país, confirman su adhesión al Imperio, y a través de él buscarán mejorar la situación del país y la manera de gobernar, en los años siguientes Vicente Ortigosa se vuelve miembro del consejo de Estado y de la Dirección General de Caminos y Puentes, Jesús López Portillo se vuelve miembro del consejo de Estado, Prefecto de Guadalajara y posteriormente Comisario Imperial y Juan José Caserta es nombrado Director de Instrucción Pública.

Pese a su colaboración y ascenso en los escalafones del gobierno imperial, los liberales jaliscienses mantuvieron sus ideales aunque eso pudiera costarles su posición social o política, por ejemplo el Comisario Imperial Jesús López Portillo mantuvo un nivel aceptable de libertad en el estado bajo su mandato —Irineo Paz se lo reconoce en su periódico republicano, El Payaso— asimismo muchos prisioneros republicanos obtuvieron el indulto del gobierno gracias a él, lo que a la larga le provocó su salida de la comisaría imperial y su regreso al consejo de Estado. Por otro lado el consejero de Estado, Vicente Ortigosa, siempre buscó mejorar las formas de producción de los habitantes de Jalisco, como ejemplo de ello está su proceso para crear harina de maíz con el fin de ocupar a las mujeres en actividades más productivas, a su vez, veía en la administración —uno de los campos que dominaba— la respuesta para una mejor ejecución del poder gubernamental sobre las distintas localidades del país, eso— aseguraba Ortigosa— influía más que la forma de gobierno . En el ocaso del Imperio, Vicente Ortigosa renuncia a su puesto como Consejero de Estado Imperial en una carta a Maximiliano, en ella menciona lo viciado del gobierno Imperial, en cuyo gobierno no ve reflejados los intereses de las clases productoras, por tanto no ve útil su permanencia en el Consejo de Estado.

Continuará...

Me parece imposible / Víctor Hugo Medel


Me parece imposible no ver en la pasa

Todos los rostros de la humanidad

Y aún más

Rostros efímeros y olvidadizos

Como las facciones toscas y enmohecidas

De aquel poeta que esta descalzo

Me parce imposible no ver en la pasa

A aquella anciana que lento sube las escaleras

Cargando las bolsas del mandado

y la castaña voluptuosa que rápido le rebasa

Con el teléfono en la oreja y el niño de la mano

Me parece imposible no ver en la pasa

Al zopilote y la paloma

Que beben y se bañan

En el mismo charco de agua sucia

Me parece imposible

No ver todas la liturgia de las religiones

No ver a Jesucristo, a Alá y a Buda dentro de la pasa

Me parece imposible

no ver al niño que llora por haber nacido

y al doctor que lo trajo al mundo mientras piensa en su amante

realmente me parece imposible no ver

como el universo entero se reduce

a la pequeña pasa que estoy a punto de comer

Delirio / Alba Magariño Saynes


Cariño:

la vida es un engranaje de cuerpos oxidados

                        destinados

                                                  A unirse

   de rueda                                      y   separarse

 a vuelta                                           unirse

       vez                                           y separarse

           otra                             una

                                y

Alguien pondrá su mano en la insondable

cavidad de mi sexo

la palpará tramo a tramo

cubrirá el terrible solitario espacio

con ávido fuego enamorado

alguien me dirá te quiero

o te deseo

con su lengua platicando

sobre extraordinarios sabores
en el horizonte de mi cuerpo15


Tanto me pregunta por ti tu ausencia.

Yo no puedo más

que responderle con un silencio ensordecedor

capaz de arrancarle los tímpanos a dentelladas

al más sensible y total de los oídos

Y sin embargo

habría que ponernos cómodas las dos

en cada extremo de nuestro olvido

tú, justo allá donde no puede sentirte ni dios,

yo, acá

tan insoportablemente

acá

S e r á t a n e t e r n a l a e s p e r a. . .

Un mar de dudas / Oriana Hernández


Desperté de madrugada ansioso por ir a pescar. Me calcé los zapatos y preparé mi bote para salir. Lo llamé "Cien años de soledad" en honor al primer libro con el que comencé a construir mi navío.

Lancé mi embarcación al mar y me apresuré a remar.

Cuanto más me adentraba en el océano, más especies veía.

Capturé un montón de porqués antes de que un banco de cómos los ahuyentara, y vi con cuanta armonía convivían los grupos de dóndes y cuándos.

Me disponía regresar a casa cuando todo ocurrió.

Un enorme "¿Quién soy?" azul apareció secundado por un majestuoso "¿A qué vine?" blanco. Los observé anonadado hasta que el sorpresivo ataque del "¿A qué vine?" blanco provocó al despistado "¿Quién soy?" azul, haciéndole voltear para darle pelea.
Comenzaron bajo mi bote, después a un lado (una mordida, un coletazo) y luego al otro (una embestida, otro aletazo), hasta que ambos se proyectaron hacia el cielo para después mirar petrificado como descendían directo a mi navío para caerle encima y aplastarme junto con él cuando...



-Bien jóvenes, hora de entregarme su examen de filosofía

El que camina tiene dos alas / Pablo Vargas


El que camina tiene dos alas

Caminar recordando sin memoria lo ajeno,

Escupir fuego y mirar que no extingue al agua

Transparente al llorar diamantes incoloros.

Suspirar entre ruidoso silencio,

Andar entre valles huecos de frío cegador

Bajo el brillo oscuro de la luna sebosa,

Encontrar héroes sin nombre que triunfaron sin victoria,
Que dieron su vida sin sacrificio.

Llegar a lo finito de lo infinito, tres pasos te solicitan:

1.- Tener sed de aliento

2.- Amar como siempre jamás

3.- Luchar en guerra sin batalla

En el sendero vislumbrar que posee dos alas y camina,

Decidir que resucitar al vivo y asesinar al muerto es hilarante,

Que la realidad es consumida,

Que el agua hace que dependas de ella por su instinto al saciar,

Que tú sólo deambulas entre colores.

De pronto miras escarlata,
Te sientes rojo con finas rayas amarillas y te lanzan verde

Hacia la silla negra detrás de ti,

Te sientas blanco y descansas rosa
Perdido en algodón flotante en la gravedad.

El viaje de regreso continuar,

Sin inmutarse de la paz,

Recobrando suculentos respingos,

Caminando con un pergamino estrellado solar.

Al término el alba inunda con su tenue cobijo disipador

Tu silueta dibujada entre pequeñas sombras luminosas,

Miras un día delante de ti y el suelo llora.

¡Alégrate! Suspiras rosas, inhalas sangre,

Te recuestas en el páramo

Entre paranoicas y frustradas melodías chocolate agrias,

Con el leve siseo

El que camina tiene dos alas.

La Mancha / Yoyi

 
Parte I
Te diría mi nombre, pero prefiero mantenerme alejado de todo lo que te voy a contar. Esto lo hago por muchas razones que no son necesarias que te explique. Es por eso que solo seré un anónimo con una historia, que seguramente no le gustará a nadie. Muchos deciden no creerme, es normal, nadie podría soportar cinco minutos en un sitio como en el que yo estuve.


Antes era un fanático de los conciertos. En realidad la música no me importa mucho, solo los eventos y todo lo que se ve en ellos. No tiene mucho caso que te de detalles, seguramente los conoces. Más si vives en Guadalajara… o cerca de ahí. No conozco "tipos" de música, ni lo necesito. Solo sé que me gustan los conciertos masivos, con toda clase de personas de mi edad gritando, saltando, empujándose, cantando; pero sobre todo, lo que más me gusta son los madrazos.
 
Un buen toquín, para mí, era uno en el que hubiera música rápida, gente golpeándose mientras baila slam y mucha cerveza, tequila, tonayan o cualquier vino para agarrar fuerzas y poder hacer lo mismo en todas las canciones. Por eso comencé a ir, más y más seguido, a muchos conciertos con mis amigos los punks. Tocaban en bodegas, parques y cocheras; donde se pudiera o dieran chance. Lo único que hacíamos, aparte de ir de toquín en toquín, era tomar. Yo estaba feliz, o lo estuve por algún tiempo. Yo sentía que hacía falta algo y no sabía qué, hasta que un día me di cuenta: las punks no están guapas. Hasta muchas parecen hombres con sus pelos tiesos y levantados, sus pantalones rotos, parchados
adrede y su maquillaje de payaso triste que las hace más feas todavía. Por eso decidí buscar un nuevo ambiente.

Fui a muchos conciertos, pero ninguno tenía lo que buscaba: madrazos y chicas lindas. Seguí yendo y viniendo, pero solo encontraba trancazos o mujeres demasiado atractivas y bien vestidas, y muy seguramente no me hubieran hecho caso.

Estaba harto y cansado, mientras caminaba hacia mi casa un viernes por la noche, cuando me pareció oír unos tarolazos y una guitarra eléctrica que se encendía, muy cerca de donde yo estaba. Me acerqué y vi a unos "greñudos" bajando instrumentos de una camioneta. Fueron llegando más y más personas; todas traían cabello largo, hombres y mujeres. Usaban camisas de diablos y monstruos. Me habían dicho en mi casa, "-Está bien que vayas a tus conciertos, mientras no sean de música satánica o alguna de esas "chingaderas"-. Pero hasta ese día creí que solo eran "cuentos", que no existían esos toquines prohibidos… pero estaba muy equivocado.

Empezó la banda a tocar y pa´ pronto todos se acercaron. Yo me traté de acoplar, pero en poco tiempo todos notaron mí presencia. Era el único con una camisa de Cuca. Se me quedaban viendo raro y algunos hasta se reían, pero nadie me decía nada. La carrilla poco me importaba a mí: todos parecían "jotos", con su pelo a media espalda.
La música no estaba mal, me recordaba algo al punk, pero me di cuenta que era más pesado; hasta la voz, era como escuchar a un diablo cantar y se entendía muy poco. Entonces comencé a ondearme con todo lo que me habían dicho en mi casa de estos conciertos, o más bien "ritos" y poco me faltó para irme de ahí. Hasta que me di cuenta de que las "greñudas" estaban de muy buen ver. Sé que les dije que todos se parecían, pero la verdad estaba exagerando un poco; estas chicas se maquillaban, como vampiras pero no se les vía nada ridículo, usaban pantalones pegaditos al cuerpo y tomaban más cerveza que las punks…por eso me quedé.

La primera banda había terminado y todos estaban muy tranquilos. Hacer amigos siempre se me ha dado muy bien por ser "fijado", como dice mi mamá. Cuando voy a la casa algún compa pongo atención en todo lo que hay y lo que no hay, pero lo hago para no ser confianzudo. Esta vez me di cuenta que solo había un par de seises para todos y fui rápido a la tienda para comprar lo suficiente. Repartí la mayoría y el resto de las cervezas las puse enfrente de todos, para que agarraran. Así compré a mis nuevos amigos, con doscientos pesos de chela.

Ya tomados, nosotros y los de la banda que seguía, comenzaron los madrazos. Pero había algo diferente: todas las "vampiritas" se hacían a un lado para que sus novios bailaran slam, pero no era un baile, eran chingadazos reales, en la cara, en los huevos, en la panza, al ritmo de los guitarrazos, mientras ellas movían sus melenas de un lado a otro; ¡ hasta las tiraban al suelo y ellas solo se reían!. No me imaginaba esto; hasta las punks se ponían como locas si las empujábamos, aunque fuera sin querer. Esto para mí fue como volver a nacer: golpee y me golpearon como nunca. Al final, mi labio estaba roto y tenía un ojo cerrado, pero me invitaron a muchos toquines de este nuevo "tipo" de música: Metal.

En poco tiempo tenía tantos amigos que ni siquiera me acordaba de sus nombres. Todos mis fines de semana estaban reservados y mi vida se volvió a normalizar, sólo que ahora usaba camisas negras, de bandas que ni conocía y ni me importaba conocer, y mi pelo estaba más largo de lo que acostumbraba. En mi casa estaban muy preocupados, pero yo los calmaba y les decía que solo era una "moda". Después de unos meses mi plan resultó y tuve la novia más sensual de todo mi grupo de amigos. Le encantaba verme en el slam, pero ella nunca mateaba para no despeinarse. Era perfecta. Lástima que haya sido precisamente ella la que comenzó todo este trauma.


A veces me daba la impresión de que no disfrutaba los conciertos tanto como yo y por eso le pregunté si escuchaba otra clase de música. Ella solo me sonreía y me contestaba: - metal-. Pero yo sabía que no oía el metal común y corriente: con guitarrazos, solos y voces de "diablo". Escuchaba algo que la mayoría de los metaleros despreciaban: porno-gore.
Las fiestas con sus amigos eran muy raras. Esta música era insoportable: la guitarra y el bajo solo hacían ruido, sin sentido para mí, porque tocaban muy rápido. Pero lo más extraño de todo fue la voz: era igual a la de un "puerco". En estos "toquines" el slam era lo menos violento: muchos se cortaban con navajas, vidrios o cualquier cosa afilada y bailaban mientras les escurría la sangre; otros se quemaban con un encendedor hasta que la piel les burbujeaba y gritaban, lloraban, pero no dejaban de hacerlo. El colmo de estos "amigos" de mi novia fue un cabrón que todos llamaban "el Polilla": le gustaba comer caca. Yo no lo creía, hasta que lo vi a él y a su "hembra", porque esa chingadera no era una mujer, hacerlo.


Cuando le pregunté a mi "vampirita" porqué le gustaba venir a estos lugares y juntarse con estas personas. Ella sólo solo me dijo: - Me prende-. Yo ya estaba encabronándome y le conteste muy seco: - ¿La caca? ¿Te gusta la mierda?... pero me interrumpió y se me quedó viendo a los ojos. Yo sentía que me había hechizado, nunca la vi más guapa antes. –La sangre, es excitante ¿no crees?-. Y se empezó a reír, pero diferente, con maldad.

Después de eso decidí cortarla. Esas cosas a mí no me gustaban, ni me gustan. "-No vaya a ser, y un día me mate esta pinche loca"-. Me repetía y me repetía para animarme a decirle… pero estaba buena. Era todo lo que había buscado en una mujer, pero era malvada, lo presentía.

Continuará...

Delicados / Elena Aguilar


Tres años pasaron

tu fumaste un cigarrillo

yo escribí dos versos.

Parece tan poco.

No recuerdo la última vez que te vi en sueños,

ni mi desayuno del día de ayer,

culpo al alcohol por las lagunas de recuerdos

que no puedo llenar de nada más que ácido.

Somos una farsa, ¿qué tan malo puede ser?

Caminamos juntos por las calles naranjas

el cemento húmedo nos cala los huesos,

cual héroes entre miradas de desdén.

Fue en una de esas calles donde me encontraste
fingiendo tener una vida suburbana,

haciendo como si nada estuviese pasando.

Durmiendo diez horas y llorando ocho.

Llevabas en la espalda las marcas de la guerra,

guantes sucios después de una pelea,

manchas oscuras en el cuello

Como salpicaduras de muerte.

Tu piel sabía a violencia musical

que me embriagaba entre el calor.

Mi piel, hasta donde recuerdo

destilaba lágrimas de tinta.

Recuerdo aquella noche en el jardín

bajo la luna ensangrentada,

dijiste que nadie haría por mí lo que tú.

Y tenías razón, nadie podrá

reconstruirlo todo, tan rápido.

Lenguaje turbio / Juan Amador Gaya


Siempre hablaron lenguajes distintos, aun así se entendían.
Ella hablaba solo lo necesario, siempre objetiva, culta y de gustos refinados. Tenía una forma sensual hasta de caminar, su vientre jamás supo hincharse por ninguna razón. Poseía una vasta agenda colaboradores en su red de aseguradora. Portaba con exquisitez 45 otoños, en su rostro se leían líneas de profunda soledad. Soledad sosegada de cuando en cuando por él.

Él comía en cualquier puesto callejero, su lenguaje florido era su carta de presentación, lo más serio que había leído alguna vez fue "El Kalimán". Su aspecto era algo descuidado aunque poseía una ligera magia con su sonrisa. Su vida giraba en torno a venta de refacciones automotrices, su corazón era un enorme casillero. Vivía conforme le pintara el momento, disciplina de ninguna especie, más sus pupilas titilaban constantemente cierta tristeza. Su paliativo irregular era ella.


Ellos se conocían poco, se limitaban a preguntarse, dejaban en el tintero esas muchas cosas que se imaginaban. Era mejor así. Se arrebataban carnalmente luego neutralizaban con ese lenguaje turbio. El silencio.

Te miro…/ Carlos Islas


Te miro desde lo profundo de la soledad,

En una soledad que no soportas,

Te miro desde el sur del sufrimiento

Hasta el norte del placer que no conoces,

Desde el este que es tu futuro

hasta al oeste de tu pasado

Te miro…

Te miro y veo tu incomprensión ilimitada

Tu entendimiento limitado

Tus risas de lágrimas

Tu hablar sin decir nada

Tu caminar sin rumbo.

Te miro…

Miro tu búsqueda constante,

Miro cuando encuentras y festejas

Miro tu callar y aprender,

Miro cuando miras y entiendes,

Miro tu jugar el juego,

Miro cuando te la crees,

Miro tu no creértela.

Te miro…

Te miro en el silencio de tu soledad,

En la euforia de estar en comunidad,

En sístole y diástole de sentimientos,

Libertad y esclavitud de pensamiento

Te miro…

Construir y destruir (ciclo) de tu vida

Vivir y morir curso inevitable

Como el gozar y sufrir

Despertar y dormir

Te miro…

Dibujo: JAIPA


Cianotipo: Maribelle Ocegueda