Expresión Libre

viernes, 5 de diciembre de 2014

Teologia


Vocaur

En Culiacán estábamos a 46
café con sal,
raíles achicharrados.
aquí a 36
la gloria,
cerveza con sal,
la autopista,
la moto,
los esprincos.
La vida debe ser canalizada;
la sangre no debe correr así, como así.
la tempestad en sima.
dios debe ser redireccionado;
suministrarse en las tomateras
gota a gota...
dios abrasando,
dios consumiéndose la entrepierna,
dios perro rascándose las pulgas,
cristal femenino rompiéndose
al tacto del hijo.
Calor insoportable.
manos hembras y cristianas unidas
exprimiendo el horizonte.
no distancia, no consiente.
¿Si la virgen hablara...?
¿si el tiempo existiera...?
¿si fuéramos libres...?
¡si valiera la pena sudar...!
Palabra y dios no son compatibles;
razón y revelación no son compatibles;
una serpiente no puede hacer daño a un dragón;
“Hay que revertir la historia”
En sonora a 5o...?
aquí a 36...
autopista,
moto,
y sal...
¡dios mío porque no me das una cerveza...!

Paraíso en Llamas


La Guerra de Paraguay (1864-1870)
Joel Eliasib López Velasco
Parte VI

El Inicio del Fin

La marea comenzaba a cambiar de dirección para los guaraníes y se aprestaba a golpearlos de manera furiosa. Tras una serie de estrepitosas derrotas y con el orgullo pisoteado, el Imperio de Pedro II volvía a la lucha, buscando la revancha y recuperar su honor. Brasil sería el primero en dar el contragolpe a Paraguay, un contragolpe que marcaría el futuro de la guerra. El 11 de junio tuvo lugar la más importante batalla naval de la guerra, en la cual, la poderosa e invicta flota paraguaya se enfrento a la del imperio brasileño, la batalla de Riachuelo. Esta batalla naval finalmente acabo con la legendaria fama de la flota guaraní cuando la armada carioca le propino una devastadora derrota de tal magnitud que termino por aniquilarla1. Sin su poderosa flota y bloqueada por la armada carioca, Paraguay perdió su potencia ofensiva y era incapaz de mantener sus conquistas. La nación paraguaya no tenía otra opción que retroceder del territorio conquistado y pasar a una posición defensiva. Esta sería la tesitura de la guerra desde finales del año de 1865, un Paraguay sitiado, luchando por contener a sus enemigos fuera de sus fronteras mientras una Triple Alianza iniciaba una demoledora campaña ofensiva. Consciente de que todo el poder de Paraguay, ahora sin el respaldo de su flota, sería insuficiente para vencer toda la potencia de la Triple Alianza, el hombre fuerte guaraní le propuso al comandante de la Alianza, el presidente Mitre, un arreglo de paz el 12 de septiembre de 1866. El general de las fuerzas aliadas le comunicó al presidente Solano que la paz se firmaría si Paraguay aceptaba la culpa total de la guerra, entregaba a Brasil y Argentina los territorios en disputa, permitía el uso

1 Leslie Bethel, The Paraguayan War, Institute of Latin American Studies, Londres, 1996, p.13

libre del río Paraná y pagaba una cuantiosa indemnización a los países afectados: Brasil, Argentina y Uruguay. El presidente de Paraguay acepto los difíciles términos sin embargo existía una clausula más, debía renunciar al gobierno de su nación. Tal como lo esperaba el comandante supremo de la Triple Alianza, el hombre fuerte de Paraguay rechazo tan humillante tratado de paz, especialmente los humillados brasileños que buscaban a toda costa castigar la insolencia paraguaya. Para los comandantes aliados, la guerra en contra de Paraguay no era otra cosa que la guerra de la civilización en contra de la barbarie. Paraguay, en la mentalidad de los brasileños y argentinos, era una tierra de salvajes, barbaros o en el mejor caso semi-civilizados, conformados por una raza degenerada con alta cantidad de sangre india2. Estos barbaros, encabezados por un déspota sanguinario amenazaban con destruir el mundo culto. Para Brasil no existía otra opción que la total derrota de Paraguay, la destrucción de la potencia de Asunción y la muerte de Don Francisco Solano. Ante tan terrible panorama la nación guaraní no tenía otra opción que continuar la guerra y contener a los sitiadores.
El Último Gran Contraataque Guaraní
El 22 de septiembre de 1866, apenas pasados diez días de haber rechazado el humillante tratado de paz, Paraguay logró su última gran victoria en Curupaití, localizado en la región del río Paraná. La victoria guaraní se debió en parte a la bravura de los defensores paraguayos y al exceso de confianza de la Triple Alianza. Confiados en el poder naval brasileño y en las recientes victorias, los aliados decidieron lanzar un ataque frontal a las fuerzas de Paraguay apostadas en Curapaití. La fortaleza guaraní resistió el embate aliado y respondió fieramente la agresión, el fiero cañoneo paraguayo le impuso una devastadora derrota a la Triple Alianza la peor de toda la guerra. El saldo de los caídos de las fuerzas aliadas alcanzaban la escandalosa cantidad de diez mil muertos mientras que los paraguayos
2 Guerra Contra la Triple Alianza.
http://www.youtube.com/watch?v=I8HYJdViFBE

solo perdieron cincuenta hombres3. Tras esta vigorizante victoria, la enfermedad le otorgaría un año de reposo (1866-1867) a la atribulada nación guaraní ya que una epidemia de cólera asolo el ejército de los aliados especialmente a los soldados argentinos y uruguayos. Aunado a esta severa crisis, una fuerte insurrección en Argentina forzó al comandante supremo del ejército aliado Bartolomé Mitre renunciar a su cargo y atender la apremiante situación de su nación. Por el momento, la marcha de la maquinaria de guerra de la Triple Alianza había sido paralizada sin embargo, ya se encontraban dentro del territorio guaraní. Finalmente en el mes de julio de 1867 la asolación de los mitológicos Nosoi4 se alejó del campamento aliado. La Triple Alianza está lista para continuar la guerra con Paraguay y no tiene otro objetivo que la destrucción total del poder de Asunción.
Victoria Sin Tregua
La situación era ya desesperada para los defensores paraguayos, los cuales no podían detener y mucho menos expulsar las fuerzas invasoras de su territorio. Desde la destrucción de su poderosa flota, la guerra había sido devastadora para la nación paraguaya. Sus mejores hombres habían muerto en combate, su arsenal estaba casi agotado y con sus rutas de comercio bloqueadas por la naval brasileña, la una vez floreciente nación guaraní se precipitaba sin freno hacia la destrucción. Paraguay tras seis años de guerra, enfermedad y muerte era un paraíso en llamas. Las fuerzas aliadas cerraban su mortal circulo sobre el corazón y centro neural paraguayo, la ciudad de Asunción. La situación se volvía insostenible para los guaraníes tras casi seis años de guerra, pues mientras Paraguay dependía únicamente de sus recursos, los cuales se extinguían con el pasar de cada día, Brasil y sus aliados recibían un flujo

3 Guerra Contra la Triple Alianza.

4 Según la mitología griega estos eran los espiritus (daimones) de las plagas, enfermedades y mortandad que escaparon de la Caja de Pandora.

incesante de fondos monetarios y armamento, especialmente de compañías inglesas5. El tiempo fue el peor enemigo de Paraguay, poco a poco fue erosionando su poderío militar y vitalidad de combate. La caída de la capital guaraní, Asunción, parecía inevitable. Pese a la heroica defensa de su ciudad, los paraguayos vieron con horror como las fuerzas aliadas tomaban Asunción el primero de enero de 1869. El hombre fuerte de Paraguay, Don Francisco Solano, tras la caída de su capital, se vio obligado a enfrentar al invasor sin un ejército más que el conformado por viejos, mujeres y niños mal equipado y mal alimentado. El dictador se retiro a la región montañosa al noreste de Asunción y desde allí combatió a las fuerzas aliadas, las cuales en su mayoría eran brasileñas. Esto enfureció al nuevo comandante supremo de las fuerzas de ocupación, el Conde d’Eu, el cual envió veinte y un mil soldados con el fin de aplastar la resistencia. En las campañas libradas en contra de los guerrilleros guaraníes perecieron cinco mil de estos. Don Francisco Solano, el hombre fuerte e inconmovible, logró conformar un nuevo ejército y prestó una final resistencia a las fuerzas de ocupación en la que se ha llamado la batalla de Campo Grande. Era triste ver el deprimente estado al que habían caído las fuerzas paraguayas. Pues al iniciar la guerra, contaba con el ejército más poderoso de Sudamérica sin embargo, al momento de la batalla final estaba constituido por niños, mujeres y ancianos mal armados y mal alimentados6. La batalla de Campo Grande como el final de una gran tragedia griega, o una escrita por la pluma de William Shakespeare las fuerzas, enfrentaron heroicamente a las diezmadas huestes paraguayas con las bien equipadas fuerzas aliadas constituidas en su mayoría por las fuerzas del imperio brasileño.
 
                                                              continuará...

5  Leslie Bethel, The Paraguayan War, Institute of Latin American Studies, Londres, 1996, p.7.
6 “La Guerra de Paraguay”, Historia de Iberoamérica Tomo III: Historia Contemporanea, Madrid: Catedra, 1998, p. 309.

Ante el vuelo…


Alejandro Farías

Ante el vuelo impávido
de tu rostro aterido
disimulo ser escalpelo
de grava atónita y circundante
perezoso atardecer escalfado
en sábado negro de molusco

Mujer


Saturnino Ruiz Roque

Mujer, cuántos días, atardeceres y noches
Pasaremos juntos, en la orilla de un bosque
Para que las estrellas, de todo el universo
Reflejen las aguas, los cristales de tus ojos.


Para estar juntos, besar tus temblorosos labios
Tocar mis manos, al éxtasis de tu ardiente piel
Aliviar nuestras almas, de aquel lejano dolor
Que me dejaron tus silencios, tantas tristezas.

Déjame que te apriete ¡contra mi pecho mujer!
Quiero secar cada lágrima, de claras luces
Que por la distancia y la nostalgia nos dolió.

Quiero arder ¡en tus labios de fuego! todo el amor
Y contemplar en los bosques perennes, tu cuerpo
Temblando a mis brazos, toda tú, ¡por siempre jamás ¡


Formando a un espartano:


la educación militar en la antigua Esparta
durante los siglos VIII-VI a.C.
Parte I
Iván Segura Muñoz

Desde el inicio de su existencia, la humanidad ha llevado a cabo un proceso de desarrollo general, el cual, se vuelve cada vez más complejo conforme pasa el tiempo; dicho proceso ha dado como resultado la sociedad actual en que vivimos, pero para poder llegar a este punto, las numerosas generaciones que nos antecedieron aportaron su granito de arena de una u otra forma, dejando así un legado hacia la posteridad. Una de las finalidades de la historia, es estudiar al hombre por medio de ese legado que ha dejado detrás, para comprender mejor su naturaleza y mentalidad, sin embargo no es una tarea pequeña, ya que existen numerosas formas por medio de las cuales estudiarse la humanidad, la historia militar es una de ellas.

La guerra ha sido una de las actividades que los hombres han practicado por milenios; básicamente es la resolución armada de un conflicto diplomático entre dos o más bandos. La gran duración de esta actividad en la historia del hombre se debe en parte, a la gran utilidad que los estados han encontrado en la guerra, tanto para la supervivencia como para el fortalecimiento de un gobierno; asimismo en el imaginario del hombre, la guerra ha sido asociada a muchos ideales como el honor, la gloría, el patriotismo, el valor, etc. En los últimos siglos los estados han tenido que justificar las guerras debido al gran peso de la opinión pública; Sin embargo, mediante la propaganda y la explotación de valores nacionalistas, han convencido a la población no solo de apoyar las guerras sino de participar en ellas. Desde la segunda mitad del siglo XX, los conflictos bélicos se han reducido –aparentemente– debido a la gran destrucción que la tecnología militar es capaz de hacer, sin embargo la guerra es una actividad que la humanidad probablemente nunca deje de llevar a cabo.
Ahora que es posible entender la importancia de la guerra para el hombre, podemos observar cómo esta actividad ha modificado no sólo a los gobiernos, sino a sociedades enteras, e incluso, en algunos casos, la guerra ha sido la guía de sociedades y estados, un claro ejemplo de esto es el pueblo espartano.
Esparta fue una de las ciudades-estado más importantes de la antigua Grecia, rivalizando en poder e influencia con Atenas, pero a diferencia de esta, Esparta no llegó a ser importante en el mundo heleno por su comercio, arte y filosofía, sino por la influencia que obtuvo a través de campañas militares exitosas (Grimberg y Svanstrom, 1979, pp. 92-93) y el prestigio de su ejército. Esparta fue la principal potencia militar del pueblo griego hasta antes del auge de Macedonia; sus soldados no tenían parangón, pues, a diferencia de los demás ejércitos griegos, los soldados espartanos no tenían otro oficio, por lo tanto se dedicaban exclusivamente a prepararse para la guerra, lo cual se veía reflejado en sus grandes aptitudes en el combate, así como en su fuerte disciplina, esto les ayudó no sólo a ganar batallas sino a provocar miedo en el enemigo. Es fácil comprender el éxito militar de los espartanos gracias a su filosofía, basada en la constante preparación para la guerra, la búsqueda del valor, honor y el perfeccionamiento físico –pero sobre todo– en dar mayor renombre a Esparta y defenderla sobre todas las cosas. La vida de un espartano estaba regida por una estricta disciplina y una carencia de lujos para endurecer el espíritu y reducir al mínimo las debilidades de sus ciudadanos; Entre los griegos los espartanos eran quiénes destacaban por su rudeza en la vida diaria y su falta de expresión sentimental (p. 95).
Ahora bien, una posible explicación para comprender el desarrollo de una forma de vida tan estricta, radica en el desequilibrio existente en la sociedad espartana, que estaba compuesta principalmente por tres grandes grupos: los espartiatas, periecos e hilotas.

Los espartiatas eran los habitantes de la ciudad de Esparta, la élite social, y poseían grandes porciones de tierra que no trabajaban, pero si recogían sus frutos por medio de otros grupos. Las obligaciones de los espartiatas consistían en la participación política y el constante entrenamiento para la protección del estado en los varones y la procreación de niños saludables en las mujeres (Casillas, 1997, pp. 46-48). Por otro lado, los periecos eran la “clase media” de la sociedad espartana, los pueblos lacedemonios conquistados por Esparta pero que se les consideraban iguales, por lo que gozaban de una condición aceptable; estas personas solían llevar a cabo actividades como el comercio, la artesanía, etc. Finalmente se encontraban los hilotas, quienes representaban a la mayor parte de la población bajo el gobierno espartano, esta clase social era la más baja en la jerarquía, se desconocen sus orígenes exactos pero se cree, que fueron parte de la ciudad de Helos y tras su conquista fueron reducidos a la servidumbre (pp. 60-61). Los hilotas eran propiedad del estado espartano, por ende estaban obligados a cultivar las tierras de los espartiatas y pagarles su cuota anual de las cosechas. Su supervivencia y la de su familia se basaban en los excedentes que se generaban de las cosechas. Se sabe que las relaciones entre los hilotas y los espartiatas eran tensas, lo que supuso una constante amenaza para el statu quo (Gómez, 2001, pp. 124-125; Casillas, 1997, pp. 59-62), es por esta razón que los espartiatas implementaron una forma de vida estricta, donde siempre se estaba a la defensiva para demostrar su fuerza a las clases inferiores y en el caso de una rebelión, poder sofocarla fácilmente, pero su debilidad se manifestaba en tiempos de guerra, pues se debía dividir el ejército para llevarlo a pelear y al mismo tiempo mantener el orden en Esparta.
                                                            Continuará...

El doble


Jesús Alfonso Silva Íñiguez

En la vida me han pasado muchas cosas raras. Coincidir con alguien en el que estoy pensando; pensar lo mismo que otra persona decirlo en voz alta y que nos coordinemos para decirlo. Terminar trabajando con personas que conociste de niños. Viajar a la playa y encontrarte con amigos o parientes, cosas de esas, pero ningún encuentro se compara al que me sucedió cuando tenía algo así como ocho años. Visitábamos a la comadre de mi mamá y uno de sus hijos conocido como el Mike, siempre que me veía decía eres igualito a un morrillo de por mi casa y yo sólo pensaba que quizás por ser niños tendríamos algún parecido, la altura el color de piel algo; las facciones típicas de los niños las mejillas gorditas, los rasgos de infante. Y en esta ocasión de la visita se nos ocurrió jugar a los boxeadores, quizás por tener a uno de los más grandes de la historia en activo cómo lo es Julio César Chávez González, el Box estaba en su apogeo a pesar de privatizar las peleas y llevarlas al pago por evento.
Las cosas se pusieron de la siguiente manera: convertimos la visita en un mini torneo. Primero me enfrenté a un vecino de la zona muy moreno que por razones prácticas era conocido como el More, después enfrenté a mi hermano mayor sólo un año, pero los combates marcaron un record de una victoria sobre el More y una derrota a manos de mi hermano el Calvo. Ya cansado de las peleas fuimos por refrescos y comida, reposamos la comida y volvimos a buscar oponentes como en una pelea callejera pero con guantes. Y justo buscábamos contrincante cuando, pasó mi supuesto gemelo perdido, pero la verdad no podía creer la similitud que tenía conmigo, la cara era prácticamente igual: los ojos, la nariz, la boca y la forma de la cara; cuando nos presentaron fue una sensación indescriptible fue como conocerme a mí mismo. ¿Pero qué hacer cuando conoces a tu idéntico? Pues al más puro estilo de la película de Jet Li llamada El único, tratamos de descubrir quién era el más fuerte. Y nos pusimos los guantes creo que el Mike tendría un problema para distinguirnos pues hasta la ropa era parecida, la única diferencia es que él tenía un tono de piel un poco más claro que el mío. Y comenzó la pelea fue algo así como tres minutos, soltamos los puños como si no existiera un mañana, golpes por todos lados, principalmente a la cara, en un intento por recuperar mi rostro. Al final el Mike decretó un empate. La decisión no me importó fue como pelear frente al espejo. Desde ese día me preguntaba que fue de mi doble, y la respuesta me llegó años después cuando me dijeron que igual que yo se dejó el pelo largo y engordo, el Mike puntualizó – No chingues siguen igualitos –. Este combate me lleva a considerar otra cosa, es muy común que me digan que me parezco a alguien, siempre conozco gente nueva, misteriosamente surge el comentario, pero hay una conclusión a la que se puede llegar o realmente tengo un rostro muy común o tengo muchos parientes traviesos dejando primos por el mundo o la última y más perturbadora: existe un programa secreto del gobierno que trata de estandarizar a la población en un intento bizarro por crear un ejército para la dominación mundial algo así como los clones de Star wars.

Los niños…


Manuel Rayas

Los niños vírgenes
En el umbral de sendas
Cuentan la historia del reflejo
Facciones elucubradas trituradas
Ala
Voz de la luna
Guía la prolongación eterna
Fuego que se derrama
Sueño
Polvo
Andar de huellas
En el arco del pecho
De arriba abajo
La sangre muerta
La llama oscurece
No sé qué tarde maldita
Las nostalgias se afilan para dentro del ser
Sombra
Fisonomía de vitrales
En el espacio inerte
En la fuente del principio
Siglos fragmentados
Arena
Minuto contado en circulo en las orbitas de la aurora
Una mujer
En mano enmudece
Ángeles que fueron demonios
Estatuas

Mis pecados y ella

Elena Aguilar

Ella tenía ojos cafés, de ese café profundo que en la oscuridad de la habitación no conocía el límite de las pupilas. Sólo ella era capaz de tragarme con esa mirada suya de deseo. Solo yo era el tonto que caía una y otra vez en el abismo de esos ojos. Solos los dos, en el asiento trasero de un taxi nos tomamos las manos, mientras el conductor daba la vuelta en una calle adoquinada en recuerdos. “Te amo” susurró ella en mi oído antes de bajar del automóvil. Impotente pude ver como las puertas de aquel convento de monjas del que tantas veces la ayudé a escapar para ir de juerga, se la tragaban por una pequeña hendidura en la orilla. Yo bien sabía que después de aquella noche, la única que decidimos pasar tranquilos en mi apartamento, no la vería nunca más. Que se iría para siempre, a recorrer el país haciendo lo que ella más amaba, enseñar. Enseñaría la lengua española a todos los niños sin padres, los educaría arduamente porque si bien ella no estaba casada con Dios, si lo estaba con las letras, con los libros, con la palabra misma. Y he de agradecer dicha unión, pues si no hubiese ella estado consagrada a la poesía, no habría puesto jamás ese bellísimo par de ojos en uno de mis versos, para posarlos después en mí con una espléndida sonrisa. Ahora escribo sobre ella, con la esperanza de que en algún momento, ya sea por curiosidad o por destino, ella me lea y vea que la amé, que la amo y la seguiré amando hasta que mis huesos sean polvo y el polvo llegue al sol.

El jarabe mixteco...


Samuel Rodríguez

El jarabe mixteco, se puede tomar un 31 de diciembre
!Que importa que sea en algún lugar de los Estados Uni-dos!
El jarabe silencia el enorme ruido de esa máquina incesante.
Pero con una condición: los que lo bailan, lo deben hacer descalzos,
como en la provincia
!Que importa que sea en algún lugar de los iu-es-ey!
Escuchar los pies golpeando el suelo,
estremece el corazón, lo deja sobrio
de toda esta maraña occidental.
Es hora de dormir.

Tola


Cesar Corona

Caminando por una vereda regreso a casa. Eustolia, mejor conocida como Tola se encontró a Carmelo, su primer novio. Lo vio y se nervió un poco (él ni la conoció), su mente la llevó de regreso a sus 14 años. Cuando vivía en Tizapán el alto, que era hija de familia aún, cuando vivía cortito a la plaza y su vida se concentraba en brincarse las trancas puestas por sus padres Faustino y Jovita. Tola era relaja, siempre echando tiro con la mirada, no faltaba motivo para festejo. El pueblo sólo tenía 11 festividades religiosas entre templos y capillas, un lugar siempre enfiestado, donde el juego, los gallos, cantinas, pistolas y enamorados, eran la mejor cosecha de sus calles.
Tola aflojó un poco el paso, su mente seguía corriendo en aquellos días donde su ápa era pastor de gallos por mero gusto, se mantenía de su carnicería. Los domingos freía chicharrones de cochi, las zurrapas con frijoles machucados eran de lo mejor… Su má rezaba muy bonito, rápido y claro. Ninguna doña lo hacía mejor. También le gustaba jugar cartas, nomás por diversión, pues las doñas tenían como prenda de apuesta a las gallinas. Así que en el corral de la casa, lo que más se veía, eran gallinas.
Un domingo de esos, cuando los días comienzan hacerse cortos y las noches largas, Tola sin nada que hacer empezó a caminar rumbo al lago, entrada al barrio del atracadero se encontró con un niño ya añejón, tirado en tierra jugando caicos. Era Carmelo. Carmelo era medio agrio de modo, pues su padre era corajudo, de mecha corta. Y su madre trabajaba mucho en las cuadrillas del jitomate.
19
Tola invito a Carmelo al lago, él no se opuso y la acompañó. Sabe Dios lo que platicaban, pero parecían sonreír, Tola sacó una pachita de su bolso y le invitó un trago a Carmelo, sorbo a sorbo acabaron con el líquido ámbar. No le dieron importancia al lago, ni al ocaso del día, solo se sentían felices, carcajeaban, se decían, hacían todo tipo de caras y gestos, perecía que imitaban a los adultos. Quizá la edad, el brandy, el buen humor de Tola o que era domingo, pero algo había en ellos, solo en ellos.
Al regresar a casa, Tola pensó en tener novio, que mejor que Carmelo, por el momento.
A la mañana siguiente, mientras Tola le ayudaba a su má a desgranar máiz con un olote, planeaba la manera de como amacizar a Carmelo para novio. Algo debió haberle funcionado porque a los pocos días ya se les veía juntos, Tola siempre como una punzada, pero ahora de otro modo. Se miraba mucho al espejo, salía mucho más de casa, parecía que se preguntaba y respondía ella sola de quedito. Carmelo solo atendía unas vacas hoscas de su padre, sacarlas a pastar, ordeñar mañana y tarde, su agua. Levantar el estiércol del corral, cosas de esas. En su poco tiempo libre jugaba caicos. Todo esto es un decir porque en esos días solo buscaba estar con Tola, como que estaba empelotado. Pero como dicen pueblo chico, infierno grande. Los mitotes llegaron a los oídos de doña Jova. Ella, enchilada le puso una pela. Tola que en varios días no salió de casa, la reprimenda acabó con dejar de ser novia de Carmelo, que en el pueblo le decían carmuelo, por su dentadura. Solo así, sin un por qué, ni adiós, ni nada parecido. Simplemente terminó esa llamarada de petate.
Tola, solo hizo una mueca como de ligero placer. Volvió en sí, y apretó el paso a su casa, vivía en El Quelite. Donde su marido Merced, un hombre bragado, pegón y muy comelón, la esperaba para comer.

El mundo...


Carlos Islas

El mundo gira de una forma extraña,
diferente a las enseñanzas del abuelo,
que en otros tiempos, según eran mejores
a los nuestros, se vivía de otra manera.
Existía un respeto – dice el abuelo-
un honor y una lealtad, se amaba la vida,
el trabajo, se tenía complacencia con los amigos,
se les ayudaba y se confiaba en ellos.
Recuerdo las tardes frescas en el jardín
donde se reunía la familia a platicar,
a contar anécdotas e historias
que tenían una enseñanza para todos.
En aquellos tiempos,
los viejos tenían la voz de la experiencia,
se daban a respetar y educaban
a los menores con sabías palabras.
Eran otros tiempos…
Los hombres tenían palabra,
Ahora faltan huevos en el gallinero
-Dice el abuelo-

La pobreza


Víctor Hugo

María iba de regreso a casa un poco inquieta por lo que le dijo su maestra al director en el recreo: “la pobreza es una ilusión, con esta expresión encubren lo que en verdad debe ser llamado injusticia e ineficiencia en el reparto de bienes y derechos “eso la dejó muy pensativa pues seguido escucha la palabra “pobreza”, sin embargo, todavía no sabe bien lo que significa.
Para aclarar sus dudas María preguntó a Pedrito, el niño más inteligente de su clase, ¿qué era la pobreza?, él le dijo que ser pobre significa no tener nada.
Cuando María pasaba por enfrente de la autopista vio a don Sebastián. Ella decidió pasar a despedirse, ya que muy pronto don Sebastián se mudaría a la ciudad.
La curiosidad de María no tardó en aparecer y con toda la inocencia ella pregunto:
-¿Por qué se va a la ciudad?
El contesto que era porque su tierra ya no producía lo suficiente, y menos con las pocas lluvias que habían caído en el año, y que se iría a la ciudad porque allá le habían conseguido trabajo.
María le dijo que para que se iba si aquí tenía su casa y su familia y que si se iba para allá lo perdería todo, y se haría pobre.
Él se rio y contesto que al contrario él va para ganar dinero.

“¡Mmm! Teniendo tanto aquí, no sé por qué se va, no entiendo a los adultos” pensó.
María se despidió de don Sebastián y reanudo su camino.
Esa misma tarde cuando salió a jugar al quiosco María vio a un hombre muy sucio, el cual se encontraba tirado en el suelo y con su rodilla envuelta en olorosos trapos, ella no dudó en acercarse y preguntarle que por qué era pobre, él le contesto:
-Dicen que la gente elige ser pobre, que están así porque quieren, pero yo nunca lo elegí, desde que nací soy pobre.
-Yo vivía solo con mi padre, pero él nunca me ponía atención, se la vivía borracho, yo tenía que trabajar siendo un niño, fui explotado, hasta que un día tuve un accidente por el cual ya no pude volver a caminar, y después de un tiempo mi padre murió, me dejó solo sin un lugar donde vivir y sin dinero.
-Y por qué no se va a la ciudad, allá se consigue dinero.
-No niña. La ciudad corrompe a los hombres, tal vez les da dinero pero a cambio les empobrece el alma, el dinero no lo es todo en esta vida. Aunque no lo parezca ahora estoy tranquilo, ya vendí mi niñez, y ya no venderé la poca vida que me queda.
Cuando el hombre calló sonaron las campanas, eran las 6 de la tarde y María tenía que regresar a casa, pero no sin antes despedirse dándole un gran abrazo al hombre.
-Estos valen más que el dinero, adiós niña-.
Por la noche, antes de irse a dormir, María escuchó que sus

padres charlaban en la sala.
-Muy pronto tendré que irme –dijo el papá-
-Y qué haremos nosotras aquí solas respondió- preocupada la madre.
-No te preocupes, venderé mi tierra, les dejaré una parte, y con la otra pagaré el viaje, una vez este del otro lado, buscaré trabajo para enviarles dinero.
-que haremos si te pasa algo cuando estés cruzando la frontera. Y de seguro le venderás las tierras a ese abusivo arrendatario ¿verdad?... Él no te dará ni la mitad de lo que cuestan. Cree que por estar en esta situación somos ignorantes.
-no me pasará nada, y sí, se las venderé, él es el único que se arriesgaría a comprarlas. Que no ves que apenas y ha llovido desde que inició el tiempo de lluvias, la tierra está casi hecha talco.
María escuchaba escondida tras la puerta, su madre se ponía las manos en la nuca, su padre sentado no dejaba de ver el piso, de pronto comenzó a llorar.
Cuando María escucho eso, decidió acercarse.
-¿por qué somos tan pobres?
Le dio unas palmaditas en el hombro a su padre y le dijo:
-No te preocupes papá, no somos pobres, tan solo no tenemos dinero.

Tonos grises


Cecilia Ibarra

Al abrir tus ojos, tonos grises vallan tu habitación
Al lado tuyo escuchas susurros burlescos sobre ti
Te vuelves a ellos y, ahí están tus sombras
Mezclándose con tu miedo y cobardía
Te envuelves y no quieres salir
pero sabes que tienes que hacerlo.
Vagar de nuevo por las calles lloronas
Llenas de nostalgias simulando felicidad
Pero sabes que no es así
Encuentras miradas perdidas
Miradas llenas de miedo
Corre es lo que piensas, pero dime
¡A dónde vas a ir!
Miras las ciudades valladas de rojo, otras con negro
Y el tuyo es gris
Con la mirada perdida escribiendo en tu camino
Las nostalgias que traes contigo
Volviendo al lugar donde tus miedos se esconden…
Y estas cansado…
Tomas el pincel y pinta de colores y cambia
El color gris a través de tus ojos.

En que ¡mundo vivimos!


Fragmento I
Edgar Jesús Lara Medina


Nacía yo un mes de Septiembre,
México terminaba el folclor;
Recordando los antiguos tiempos,
Aquellos de mucho interés y valor.


¡Aquella sangre derramada!;
En esos campos de batalla,
Dando la vida por algo mejor,
Un México nuevo naturalmente.


Gracias a ellos…
Éramos independientes, ¡libres pajarillos!...
Hoy tan solo somos marionetas manipuladas,
Porque todo… ¡se ha ido interrumpiendo!
La principal historia… se ha ido olvidando.


En que ¡mundo vivimos!
En 1810… aquellos caudillos y criollos,
Donde Allende y Aldama ¡se levantaron!,
Hidalgo y Pavón ¡los apoyaron!...
Para derrotar a los que una vez robaron.


De 1911… ¿alguien recuerda esas frases?,
Aquellas del gran líder campesino;
“Tierra y Libertad para los pueblos”,
Fue en el plan de Ayala escrito.


Pero hoy… ¡todo ha ido cambiando!
Porque nadie sabe de ¡Francisco Villa!
Nadie sabe de ¡Emiliano Zapata!,
¿Por qué?, ¡Porque todo se olvida!...


En que ¡mundo vivimos!
La gente… ¡cada vez más, y más fría!,
El gobierno… ¡más corrupto y seco!,
La tierra… ¡dañada por la violencia!,
Y los niños… ¡más incultos, mas perdidos!

Nuestros líderes y representantes…
Nos utilizan como ¡objetos de muestra!,
Dándonos cualquier beca o despensa;
Para tratar de tranquilizar todo en defensa.


Mujeres ¡por favor!...

En tiempos de representantes,…
Se hablaba del más ¡guapo y moderno!
¡Sabrá Dios! Si él sea más que los entes
¿Será solidario, culto y modesto?


En que ¡mundo vivimos!

¿Reasumirse?, ¡lo echo, echo esta!;
¿Revelarse?, ¡pero si lo tengo todo!
¿Hablar?, es que estoy amordazado.
¡Son réspices que hace la gente!,


Gente, ¡muy inculta e inmadura!,
Gente, ¡sin valor e irresponsable!,
Gente, ¡sin icono ni esperanza!
Gente, ¡que solo vive sin vivir!


En que, ¡mundo vivimos!

En tiempos de mis grandes ancestros,
Se respetaban los tristes sepelios;
Antes al muerto se le lloriqueaba…
Hoy se escuchan ¡chistes y carcajadas!


A los mayores con fuerza se les acataba;
Hoy se les contesta ¡con una bofetada!
A los niños se les decían buenos consejos;
Hoy se les enseña ¡sin conciencia ni esperanza!


En que, ¡mundo vivimos!

México… ¡retoma esas riendas!,
¡Revive esa memoria!, ¡esa cultura!,
A los retoños hazlos conscientes,

Pero sobre todo… ¡se tú mismo!
México de luto
José Escobedo Coronado
La degradación...humana
En nuestra Patria, ¡ brutal !;
A cualquier vida se apaga
Con total...¡ impunidad...!;


Se alza...¡ con la metralla !
¡ El imperio...!, ¡ criminal...!;
No hay Estado de derecho
Aquí...ya «gobierna» el mal.


De luto está nuestra Patria
Sólo nos queda, ¿ llorar...?;
¿ Podrán impartir...justicia
Quienes permiten, matar ?;


Crimen y Estado...son uno
Esa es la llana...¡ verdad...!;
Aliados...¡ a fuego apagan !
¡ Cualquier protesta social !.

Hay luto, ¡ en Ayotzinapa...!
Este duelo...¡ es nacional...!;
¡ Derramaron sangre joven !
¡ Nadie !, ¡ lo va a perdonar !;

Una vez más, los gobiernos
Cubiertos...de ira y maldad;
Riegan, la nación de sangre
¡ Para atar...!, ¡ la libertad...!.

Para acallar las conciencias
¡ Nos dan circo y poco pan !;
Se encubren unos con otros
Y...¡ pues todo sigue igual...!;

¡ Simularán qué hay justicia !
¡ En la prensa...!, ¡ gritaran...!;
Pero...¡ los reales culpables !
¡ Ni quien, los vaya a tocar...!.

La historia ya nos demuestra
¡ Qué al causante principal...!;
¡ Lo cuidará...!, ¡ el aparato...!
¡ Del entramado...!, ¡ oficial...!;

¡ Así pasó el Dos de Octubre !
¡ Así ocurrió !, ¡ con Acteal...!;
Cada «ilustre...»¡ mandatario !
¡ Es un clon !, ¡ de Díaz Ordaz !.

¡ Está en casa !, ¡ Echeverría !
¡ Zedillo, en Usa está en paz !;
¡ Quien provocó lo de Atenco !
¡ Está en la silla...!, ¡ imperial !;

Unos a otros, ¡ se encubren...!
¡ Son del mismo !, ¡ lodazal...!;
Para qué exista, ¡ JUSTICIA...!
Protestar, ¡ hablar !, ¡ Luchar...!.


¡ QUÉ VIVA...!, ¡ AYOTZINAPA...!
¡ QUÉ MUERA LA IMPUNIDAD !;
¡ QUÉ VIVA !, ¡ MÉXICO LIBRE !
¡ Y EL NORMALISMO RURAL...!.

¿Realmente somos libres?


Parte I
Aquelarre
Cuando se habla de libertad no es concretamente real, el ser humano puede decir “el mundo es un lugar libre” teóricamente no lo somos, ya que vivimos dentro de una esfera la cual no hay salida alguna, pero para las personas el mundo es un universo libre. Cuando nacemos, no tenemos ninguna creencia, ya que no se sabe que es a esa edad, el ser humano nace libre, sin ataduras, sin reglamentos etc. la misma sociedad se va privando de dicha “libertad”.
La libertad debe ser tomada como el placer de vivir, muchos se cuestionan al preguntar ¿Qué es vivir? ¿Cómo es vivir? ¿Cómo se vive libre, en un país como México? Cuando la pregunta debería ser ¿Cómo preservo mi libertad?
La libertad muere cuando carece de moral, cuando la voluntad de pensar por uno mismo va disminuyendo para evitar “remordimiento de conciencia” optamos por el suicidio de ideas.
“Un pueblo no es verdaderamente libre mientras que la libertad no esté arraigada en sus costumbres e identificada con ellas.” Mariano José de Larra (1809-1837)
¿Qué es libertad? etimológicamente la palabra viene del latín “liber” lo que interpreta como “persona cuyo espíritu de procreación se encuentra activo” La libertad tiene relación con la autonomía, que se entiende como la dimensión de la razón que permite al ser humano pensar dándose normas a si mismo sin que medie autoridad alguna (definición que impulsó el filósofo Immanuel Kant), lo que conlleva a la responsabilidad personal y social.
Todas las naciones y sociedades formadas sobre el planeta poseen leyes y normas que rigen el comportamiento humano; podría pensarse por esto que no poseemos libertad alguna. Pero cabe preguntarse por la forma que adquiriría la vida en sociedad si no existiesen dichas normas y pautas de conducta.